El Instituto de las Hermanas Guadalupanas de la Salle debe su origen a la intuición y el celo apostólico del Hermano Juan Fromental Cayroche (H. Juanito) del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, quien en 1944, tras unos veinte años de dedicación apostólica de la Arquidiócesis de Méjico, captó la necesidad de crear un Instituto femenino que pudiera colaborar con los Hermanos de La Salle en su misión educativa acerca de la juventud.
Colocado bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, dicho Instituto tendría como inspirador y guía a San Juan Bautista de La Salle y como patrono especial a San José.
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