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Escrito en Mallorcadiario por Santiago Fiol el 27 de Noviembre del 2018

En estos días se han iniciado los actos de conmemoración del tercer centenario del fallecimiento de San Juan Bautista de la Salle. Este Santo además de un referente en cuanto a su vida personal lo es por el legado que dejó.

La Salle, primogénito de una familia noble y adinerada de Reims, de cuya Catedral fue Canónigo, abandonó la vida de la riqueza y con un grupo de maestros (bonita palabra hoy en desuso) fundó los Hermanos de las Escuelas Cristianas.

Los Colegios de La Salle no son solamente un modelo de enseñanza en la fe católica sino un modelo de enseñanza en valores; enseñan, aún hoy, a vivir de acuerdo con unos principios. Los antiguos alumnos de La Salle, la mayoría, estamos orgullosos de haber sido educados en su ideario.

No es una cuestión de fe, o de religión, es una postura ante la vida lo que te propone La Salle; se te enseña a apostar por una sociedad mejor en la que debes aportar, desde el lugar que ocupes, tu granito de arena para conseguir que sea más justa y solidaria. Nos enseñaron a amar nuestras tradiciones, nuestra cultura y a ser respetuoso con las convicciones personales de los demás; cuales sean, siempre desde el respeto. Respeto es algo que interiorizamos en las aulas y que en esta sociedad nuestra a veces falta demasiado.

En La Salle enseñan a los jóvenes actuales, como lo hicieron con los de mi generación y con las anteriores, a creer en conceptos quizás hoy en desuso pero que a mí personalmente me han servido y espero que sirvan a las futuras generaciones; forman parte de la marca La Salle ideas como el sentido del esfuerzo, del deber, del trabajo como forma de realización personal haciéndolo a través de criterios pedagógicos de vanguardia como en su día lo fue San Juan de La Salle.

Aceptación mutua, cooperación, fraternidad y especialmente el desarrollo de la sensibilidad ante las diferentes realidades pues el ideario y la obra de La Salle se encuentra en la Vieja Europa pero también en el resto de Continentes, enseñando y haciendo labores de misión. Ayudando a los más desfavorecidos como hizo su fundador. La Salle 300 años después de la muerte de su Fundador sigue más viva y presente que nunca en el mundo.

No es una cuestión sólo de fe decía, es una cuestión de valores y los valores que enseña el ideario de La Salle nos llevarán a un mundo mejor. Yo estoy orgulloso de ser hijo, hermano, padre, padrino y tío de Lasalianos porque sé que los que están ahí, como lo hacemos nosotros actualmente, lucharán desde la paz y el respeto, cada día de su vida, para que este sea un mundo mejor. Como estableció nuestro Fundador, indivisa manent. Ser de La Salle imprime carácter y es para toda la vida. Que pasen un buen día.

 

Pueden verlo en este enlace:

La Salle, primogénito de una familia noble y adinerada de Reims, de cuya Catedral fue Canónigo, abandonó la vida de la riqueza y con un grupo de maestros (bonita palabra hoy en desuso) fundó los Hermanos de las Escuelas Cristianas.

Los Colegios de La Salle no son solamente un modelo de enseñanza en la fe católica sino un modelo de enseñanza en valores; enseñan, aún hoy, a vivir de acuerdo con unos principios. Los antiguos alumnos de La Salle, la mayoría, estamos orgullosos de haber sido educados en su ideario.

No es una cuestión de fe, o de religión, es una postura ante la vida lo que te propone La Salle; se te enseña a apostar por una sociedad mejor en la que debes aportar, desde el lugar que ocupes, tu granito de arena para conseguir que sea más justa y solidaria. Nos enseñaron a amar nuestras tradiciones, nuestra cultura y a ser respetuoso con las convicciones personales de los demás; cuales sean, siempre desde el respeto. Respeto es algo que interiorizamos en las aulas y que en esta sociedad nuestra a veces falta demasiado.

En La Salle enseñan a los jóvenes actuales, como lo hicieron con los de mi generación y con las anteriores, a creer en conceptos quizás hoy en desuso pero que a mí personalmente me han servido y espero que sirvan a las futuras generaciones; forman parte de la marca La Salle ideas como el sentido del esfuerzo, del deber, del trabajo como forma de realización personal haciéndolo a través de criterios pedagógicos de vanguardia como en su día lo fue San Juan de La Salle.

Aceptación mutua, cooperación, fraternidad y especialmente el desarrollo de la sensibilidad ante las diferentes realidades pues el ideario y la obra de La Salle se encuentra en la Vieja Europa pero también en el resto de Continentes, enseñando y haciendo labores de misión. Ayudando a los más desfavorecidos como hizo su fundador. La Salle 300 años después de la muerte de su Fundador sigue más viva y presente que nunca en el mundo.

No es una cuestión sólo de fe decía, es una cuestión de valores y los valores que enseña el ideario de La Salle nos llevarán a un mundo mejor. Yo estoy orgulloso de ser hijo, hermano, padre, padrino y tío de Lasalianos porque sé que los que están ahí, como lo hacemos nosotros actualmente, lucharán desde la paz y el respeto, cada día de su vida, para que este sea un mundo mejor. Como estableció nuestro Fundador, indivisa manent. Ser de La Salle imprime carácter y es para toda la vida. Que pasen un buen día.

La Salle, primogénito de una familia noble y adinerada de Reims, de cuya Catedral fue Canónigo, abandonó la vida de la riqueza y con un grupo de maestros (bonita palabra hoy en desuso) fundó los Hermanos de las Escuelas Cristianas.

Los Colegios de La Salle no son solamente un modelo de enseñanza en la fe católica sino un modelo de enseñanza en valores; enseñan, aún hoy, a vivir de acuerdo con unos principios. Los antiguos alumnos de La Salle, la mayoría, estamos orgullosos de haber sido educados en su ideario.

No es una cuestión de fe, o de religión, es una postura ante la vida lo que te propone La Salle; se te enseña a apostar por una sociedad mejor en la que debes aportar, desde el lugar que ocupes, tu granito de arena para conseguir que sea más justa y solidaria. Nos enseñaron a amar nuestras tradiciones, nuestra cultura y a ser respetuoso con las convicciones personales de los demás; cuales sean, siempre desde el respeto. Respeto es algo que interiorizamos en las aulas y que en esta sociedad nuestra a veces falta demasiado.

En La Salle enseñan a los jóvenes actuales, como lo hicieron con los de mi generación y con las anteriores, a creer en conceptos quizás hoy en desuso pero que a mí personalmente me han servido y espero que sirvan a las futuras generaciones; forman parte de la marca La Salle ideas como el sentido del esfuerzo, del deber, del trabajo como forma de realización personal haciéndolo a través de criterios pedagógicos de vanguardia como en su día lo fue San Juan de La Salle.

Aceptación mutua, cooperación, fraternidad y especialmente el desarrollo de la sensibilidad ante las diferentes realidades pues el ideario y la obra de La Salle se encuentra en la Vieja Europa pero también en el resto de Continentes, enseñando y haciendo labores de misión. Ayudando a los más desfavorecidos como hizo su fundador. La Salle 300 años después de la muerte de su Fundador sigue más viva y presente que nunca en el mundo.

No es una cuestión sólo de fe decía, es una cuestión de valores y los valores que enseña el ideario de La Salle nos llevarán a un mundo mejor. Yo estoy orgulloso de ser hijo, hermano, padre, padrino y tío de Lasalianos porque sé que los que están ahí, como lo hacemos nosotros actualmente, lucharán desde la paz y el respeto, cada día de su vida, para que este sea un mundo mejor. Como estableció nuestro Fundador, indivisa manent. Ser de La Salle imprime carácter y es para toda la vida. Que pasen un buen día.

Enlace con la publicación https://www.mallorcadiario.com/noticia/527630/opinion/yo-soy-lasaliano.html