El colegio talaverano acoge el entrañable encuentro de los alumnos que finalizaron su etapa escolar lasaliana hace medio siglo siguiendo su lema ‘Indivisa Manent’ (permaneced unidos)

Un grupo de antiguos alumnos del Colegio La Salle de Talavera ha conmemorado recientemente el 50 aniversario de su salida del colegio. Una generación de alumnos que entró en el colegio de la Fundación Joaquina Santander en el año 1965 y marcharon en 1975.

Los últimos años 60 y principios de los 70 fueron años de cambios, de esperanza, de ilusión y de una educación muy especial de los hermanos de La Salle, que todavía perdura en el carácter de los antiguos alumnos, recuerdan.

Esta promoción de alumnos, esta generación única de jóvenes,  fueron los que tuvieron que sostener y vivir muchos cambios sociales y políticos que llegaron con la Transición y la Democracia.

Paz, justicia y libertad son tres de los  argumentos  humanísticos que perduran en la identidad lasaliana, además de su inmortal lema ‘Indivisa Manent’ (permaneced unidos). Fue esto último lo que motivó a Bene Tapetado, antiguo alumno de esa promoción, a juntar a sus antiguos compañeros, «para conmemorar y recordar aquellos tiempos inolvidables y maravillosos». Algunos compañeros, después de medio siglo estaban prácticamente ilocalizables, otros habían tristemente fallecido. Pero la mayoría acudieron a la llamada. Más de 60 alumnos se dieron cita en el colegio para disfrutar de una tarde llena de buenos recuerdos.

La tarde empezó con la recepción por parte del director del colegio La Salle, Óscar Casillas, en el salón del centro con unas amables palabras dirigidas a todos los asistentes. Después tomó la palabra el hermano José haciendo un resumen de todos los hermanos y directores que han pasado por el colegio. Más tarde,  se invitó a Isidro Flores, antiguo profesor y exalcalde de la ciudad a hacer un somero recuerdo de los años en que fue maestro de esa promoción. Y ya por último, Óscar Casillas e Isidro Flores, con la ayuda de Tapetado, que iba nombrando a todos sus antiguos compañeros, hicieron entrega de un diploma y un llavero conmemorativo por los 50 años. En el acto también estuvieron presentes algunos profesores del centro educativo, así como los hermanos Emilio, Celestino o José.

Después de la reunión en el salón, el director hizo una ruta por las nuevas instalaciones, que finalizó con un cóctel de despedida,  una cena de convivencia y una reunión tertulia.

Algunos antiguos alumnos no se veían desde hace 50 años, y parecía que solo habían pasado minutos.

«La infancia, quizás sea la etapa más maravillosa de la vida, nada es comparable con su inocencia y su alegría. Los momentos vividos son únicos e incomparables. Fue el destino en el que hizo coincidir  en el tiempo a unos niños para que vivieran unos momentos únicos e  irrepetibles y forjaran una amistad  para toda la vida».

El encuentro resume la grandeza de un centro con alumnos que  después de 50 años, 60 desde su matriculación, quieren volver a ese colegio para dar las gracias. Es la primera vez que esto ocurre en La Salle Talavera, es la primera vez que una promoción, después de medio siglo recuerda con gratitud a los hermanos  y profesores que les formaron. ‘Indivisa Manent’, lo unido permanece.

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